Con todo el peso de los hombres
y los bosques marcados
y la gente salvada
y los pueblos de larga noche
y los siglos de soledad
tiemblan en mi pulso,
vienen todos a mí,
llegan y se van
como los días que anochecen,
como las huellas del sol
en la piel de los mares
y las noches en que vivimos
más cerca de toda de la hierba.
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