No
desagotes tu suerte en finales inagotables.
Despegate
de los lugares donde el pasto se estresa
donde
no crece la yerba buena, donde el mate esta frio.
Cree
lo que se te pase dentro, nada mas que vos.
Comete
los principios, los escuetos segundos
acusadores
de mejores suertes, quizás.
O
los inmensos arboles en tus cataratas,
que
no se ven cuando estas flotando para siempre.
Designate
algún que otro final,
porque
esos abiertos no existen
si
no suceden, y el tiempo los limita
Casi
siempre, termina siendo otro.
Finales
inconexos, erráticos.
Que
aparezcan, pero ya.
No
mas tiempos perdidos,
porque
quiero volver a empezar.
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